martes, 28 de abril de 2009

Robots camareros y chefs mecánicos en los restaurantes del futuro



Casi a diario surgen nuevos inventos o ideas que nos hacen ver los mundos futuristas repletos de robots como si fuesen una realidad inminente. Este es el caso de un restaurante británico en el que todo está marcado por las últimas tecnologías.

En la obra de ciencia ficción Una Princesa de Marte, de Edgar Rice Burroughs, el autor fantaseaba con restaurantes completamente automatizados.
Ahora, esa ficción es casi una realidad gracias a tres importantes pasos que se han dado en las últimas semanas:


Cartas de menú táctiles: El restaurante Bytes en Canterbury, Inglaterra, ha incluido en su establecimiento pantallas táctiles mediante las cuales los clientes pueden pedir lo que desean tomar.


Si solicitan una bebida, la orden va directamente a la barra del bar; si lo que se pide es un plato, la orden se dirige a la cocina.


Además, una vez que se ha realizado el pedido, una serie de juegos gratuitos sustituyen al menú para entretener a los más pequeños.


Robots cocineros: El AIC-AI Cookingrobot, un chef robotico creado en China, es capaz de freir, cocer, cortar... todo tipo de alimentos para preparar diferentes platos a una velocidad igual a la que podría hacerlo un humano.


Eso sí, de momento este robot sólo se ha utilizado para preparar comida china: arroz, rollitos de primavera, wonton frito...


Sus creadores esperan que este robot esté preparado para su uso doméstico en 2007.
Camareros de metal: Para servir la comida, nada más adecuado que el Robo Waiter 1, una creación japonesa que, además de poner los platos, entretiene a los clientes.
El robot también puede acompañarlos hasta sus mesas.
La portátil 505





Toshiba en América Latina, a través de su División de Sistemas de Cómputo, anunció su más reciente tecnología en pantallas la cual ya se encuentra disponible en su modelo Portégé R505.

El innovador sistema de pantalla LED transflectiva de Toshiba permite a los usuarios utilizar sus portátiles al aire libre sin tener ninguna complicación con la visualización del contenido de su pantalla, producto de los reflejos de la luz solar o en ambientes altamente luminosos.

Esta nueva prestación se une a un amplio conjunto de facilidades que Toshiba ha venido incorporando constantemente en sus equipos para facilitar y dotar de mayor nivel de movilidad y comodidad a sus usuarios en un ambiente donde las tecnologías como Wi-Max amplían de forma progresiva su ámbito de cobertura.

Al utilizar la portátil bajo techo la pantalla LED transflectiva actúa como un dispositivo normal que emitirá un brillo de 215 NIT (medida de luminosidad por instituciones especializadas), con una claridad y calidad de lectura excepcional, mientras que al ser utilizada en el pleno sol lo único que deberá hacer el usuario es activar en el teclado el ícono de esta nueva función permitiéndole adaptar las condiciones de visualización a un entorno de mayor luminosidad y asegurarse una calidad de lectura nítida.

“El objetivo de Toshiba al incorporar esta nueva tecnología es maximizar las posibilidades de uso del equipo en cualquier tipo de ambiente dotando al usuario de mayor libertad de movimiento y comodidad, así podrá trabajar al aire libre con igual calidad de desempeño de su equipo como si estuviese en su oficina”, explicó Sócrates Huesca, Gerente de Producto de Notebooks y Proyectores de la División de Sistema de Cómputo de Toshiba de México. Tecnología Transflectiva de Toshiba.
La tecnología transflectiva se basa en un espejo muy delgado capaz de reflejar toda la luz ambiente o del sol cuando se apaga la luz ubicada en la parte posterior de la pantalla, iluminando a su vez el panel LCD desde el interior. De esta forma, el contenido de la pantalla adquiere total visibilidad en condiciones de mucha luz.

Adicional a lo anterior, la pantalla de luz trasera LED transflectiva tiene la particularidad de ser más delgada y visible que una pantalla estándar lo cual permite a Toshiba como fabricante llevar al mercado equipos cada vez más livianos y delgados.

lunes, 27 de abril de 2009

EL GTC

El GTC va a ser el mejor telescopio hasta ahora en operación. Pero una de las cosas que evitamos totalmente cuando abordamos el GTC fue hacerlo excesivamente complicado. España no ha hecho nunca un gran telescopio. Las innovaciones en el telescopio vienen en la línea de que estamos aplicando la última tecnología disponible en estos momentos. Es el de mayor diámetro con lo cual sólo es comparable con telescopios equivalentes como Keck y los telescopios de 8 metros Con relación a Keck, tiene un salto tecnológico de casi 15 años. Nuestros espejos están mejor pulidos que el Keck, la estructura mecánica es más robusta, tiene los mejores motores que en este momento se pueden fabricar, posee los mejores codificadores fabricados hasta el momento.


Las expectativas desde el punto de vista de ciencia que se va a poder hacer están todavía por ver. Todavía no se ha puesto en operación y, evidentemente, porque va a ser el mejor telescopio y va a tener una instrumentación innovadora no disponible en otros telescopios, esperamos que la ciencia que se va a lograr con el telescopio sea nueva, sea algo que no se haya podido hacer con otros telescopios.


Otros objetivos del proyecto mucho más iniciales, era la participación de la industria española, la transferencia de tecnología, el impacto industrial. Los científicos españoles han logrado el 70 por ciento de inversión contratada en empresas y centros de investigación españoles. Lo que ha hecho con la industria española es enseñarle a hacer las cosas que nosotros necesitamos.

Cuando la demanda no existe se genera por parte del gobierno o de la administración en base a proyectos innovadores. El problema español y el problema, en general, europeo, en comparación con Estados Unidos como referente, es que la inversión es casi del estado. No hay inversión por parte de la industria. Se debería incrementar la inversión en la industria. Quizá el éxito de estos científicos está en que primero es un proyecto ejemplo motor del desarrollo industrial. Es un proyecto financiado, que ha habido que hacer, que ha generado demanda de alta tecnología en un país en el que normalmente no la demanda.